Crítica de De noche con el Diablo, dirigida por los australianos Cameron y Colin Cairnes. El filme nos narra cómo el conductor de un Talk Show, en su obsesión por ser el mejor entrevista a una joven adolescente que asegura estar poseída por el Diablo. Refrescante filme por la forma como está narrada.
Por Arturo Brum Zarco*
El pacto con el diablo ha adornado la mitología de varios artistas, por ejemplo se dice que el músico Robert Johnson hizo un acuerdo con el diablo en algún lugar de Missisippi, Estados Unidos, para que lo convirtiera en uno de los mejores guitarristas de blues de la historia. Y por un tiempo, en los años 30, Robert fue el mejor, no tenía parangón; no obstante, falleció de manera trágica a los 27 años de edad.
Este tipo de mitología la podemos encontrar desde muchos años atrás, ahí está el maravilloso libro Johann Wolfgang von Goethe, Fausto (1808-1832), que nos narra como un erudito hace un acuerdo con Mefistófeles para que le dé todas las alegrías de la vida, sólo le tiene que entregar su alma.
Lo asombroso, o quizá no lo es tanto, es que este tipo de mitos hasta la fecha siguen vigentes, a la cantante colombiana Karol G se la ha cuestionado varias veces si su éxito se debe a un pacto diabólico.
Al respecto, como todo mito viene acompañado de una metáfora, en este caso muchas ocasiones se refiere a la obsesión por conseguir riquezas, fama, popularidad, éxito y fortuna.
Esa es la esencia de la película de terror, de reciente estreno, De noche con el diablo (Late Night with the Devil), filme que se presentó en el Festival de Sitges en 2023, donde ganó el premio a Mejor Guion. Cinta dirigida por Cameron y Colin Cairnes, unos hermanos realizadores que ya habían mostrado sus capacidades para el horror con la cinta Scare Campaign (2016), un filme de metaficción sobre un programa de televisión de cámara oculta que se sale de control hasta convertirse en una suerte de Slasher.
En su nueva película, los Cairnes vuelven a usar la metaficción y como contexto otra vez un programa de televisión para mostrar la obsesión de un conductor por ser el mejor, sin importarle las consecuencias de sus actos.
De noche con el diablo, ambientada en la noche de Halloween de 1977, narra la violencia que se desata en un Talk Show nocturno, cuando el presentador Jack Delroy (interpretado por David Dastmalchian) entrevista a una parapsicóloga y a Lilly (maravillosa y tenebrosa actuación de Ingrid Torelli) una joven adolescente que sobrevivió a una matanza masiva de una iglesia satánica y quien asegura que está poseída por un ente diabólico.
El programa de Delroy siempre ha estado en segundo lugar de rating, por lo que él junto a su productor y equipo han intentado de todo para que sus televidentes aumenten, incluso entrevistas sensacionalistas o peleas en vivo. Una de sus transmisiones más exitosas fue cuando Delroy entrevista a su esposa, quien se veía en pésimas condiciones por el cáncer que tenía, unos días después ella falleció.
El contexto del Talk Show y de quién es Delroy lo narra la película de manera efectiva al principio con un falso documental, lo que aumenta la verosimilitud que se presentará después. Pues la ficción sucede en el programa en vivo de la noche de Halloween, combinado con el detrás de cámara cuando se van a comerciales, lo que le da al filme un toque de realismo que acentúa el horror y el misterio de los acontecimientos.
Así, somos testigo de cómo poco a poco llegan al punto climático donde el ente diabólico aparece y asegura conocer de tiempo atrás a Delroy, pues este pertenece a una sociedad secreta, que al parecer hacen pactos con del diablo para tener éxito.
Destaca que los efectos especiales son los que se usarían en las películas de terror de los años 70, dándole un toque de cine de serie B. Detalle bien pensado por los directores, pues es un buen ejemplo de cómo consiguen que toda la cinta mantenga la ambientación de dicha época.
Con esa ambientación y contexto, logran referenciar al El exorcista (1973) de William Friedkin, sobre todo en la joven protagonista de De noche con el diablo, pues la mirada de terror que hace Ingrid Torelli, me atrevo a aseverar, logra casi el mismo impacto de la tétrica cara de Linda Blair en su iconico papel de Regan.
Asimismo, otra de las influencias de la cinta es el largometraje para televisión Ghostwatch (1992) dirigida por Lesley Manning, una broma que hizo la BBC de Londres al presentar un programa especial donde investigaban en vivo una casa embrujada. Hay rumores que el impacto de dicha película fue tanto que causó pánico en la sociedad londinense y que alguien se suicidó por el miedo que le provocó el show televisivo.
De esa forma, De noche con el diablo resalta y es una buena película de terror por la forma cómo narra la posesión diabólica y el pacto diabólico, es decir, al presentar varios formatos narrativos, un falso documental, una metaficción de un programa en vivo, el detrás de cámara de lo que está aconteciendo, para así hacer una metáfora de la obsesión por la fama y el éxito en el mundo del entretenimiento. Y como nos dicta la historia, los pactos con el diablo siempre terminan en tragedia.
*Periodista, crítico de cine y realizador. Director de CinEspacio24.
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