Y es que la tarea titánica de los hermanos Russo (directores del filme) de reunir a tantos personajes parecía algo que iba a terminar mal; pero el resultado fue acertado, cada subtrama está bien llevada, todos enfrentan Thanos y no se ve forzado. La película no recae en ningún súper héroe (tal vez una poco más en Thor) y eso se agradece, le da tiempo a cada uno. Aunque es una gran batalla los directores supieron cómo llevar con calma cada trama.

Las escenas de acción quizá exageran un poco en los efectos por computadora, pero aun así son disfrutables y llamativas. El espectador no tiene ningún momento en calma, ya que Thanos no lo permite, él en serio va a lo que va.

Así que el resultado de todas las películas de Marvel es este: ya no hay más conflicto del héroe, presentación del personaje, destrucciones sin sentido, egos; todos tratarán de detener a la mayor amenaza del Universo, un ser que piensa que la galaxia no está equilibrada y sólo él puede salvarla.

Obviamente los chiste que nos tienen acostumbrados siguen, pero no exageran, son mesurados al respecto, esto le da frescura, ritmo a una cinta que tiene narrativas oscuras, sombrías. Al final, esta sólo es una película para entretener y nada más y con eso en mente lo logran de maravilla.

Quedan huecos argumentales, faltaron súper héroes, pero eso era lógico, porque esta es la primera parte, solo es la mitad de la película; la segunda, que veremos el próximo año, será el final (o quizá no) de unas cintas que empezaron con la iniciativa Avengers.