El tema de la pena de muerte es un debate delicado pero necesario, las discusiones al respecto se han dado en todo el mundo, sobre todo en lugares donde el gobierno acepta tal castigo para sus delincuentes. Entre esos dilemas se encuentra la película Aprendiz, del director de Singapur, Junfeng Boo.
Por Arturo Brum Zarco* @arturobrum Aiman tiene 30 años, es policía en un reclusorio. Por su buen comportamiento es ascendido a una cárcel de máxima seguridad. Es un hombre recto, sensible, callado y con la mentalidad de ayudar a los reclusos. Vive en un departamento modesto en Singapur, junto con su hermana mayor (con la que tiene una relación que pareciera traspasa los límites de la intimidad). Al llegar a su nuevo trabajo, ayuda a los presos y les enseña a reparar cosas; pero también se obsesiona con un personaje, el comandante Rahim, quien desde hace varios años es el verdugo del penal, es decir, es el encargado de matar a los delincuentes condenados a pena de muerte. Esa obsesión hacia Rahim se debe a “fantasmas” del pasado de Aiman, ya que cuando él era un niño su padre fue condenado y ahorcado. La forma de trabajar y la disciplina de Aiman llaman la atención de Rahim, quien decide hacerlo su aprendiz y le enseña la forma en cómo se debe ahorcar a una persona. Para Rahim su trabajo es necesario y se necesita toda la atención posible para que el delincuente no sufra cuando se lleva a cabo su castigo. La cinta tiene como eje narrativo la relación de estos dos personajes; por un lado el verdugo tiene un tipo de moral hacia lo que hace. El aprendiz poco a poco entiende su nuevo labor, sin importarle implicaciones morales; como si quisiera redimirse de las acciones de su padre: un juego de contradicción entre lo que pensaba y lo que hace. Como trasfondo el filme tiene la relación de Aiman con su hermana mayor Suhaila. Ella no está de acuerdo con su trabajo, ni que comparta tiempo con el verdugo. Esto fractura su relación de complicidad y de hermandad. Aquí la cinta cae en recursos melodramáticos que aportan poco a la narrativa principal. Lo importante del filme radica en ver la forma en cómo se relacionan los dos personajes principales. Ahí se tocan temas como la moral, la bondad, el olvido y por su puesto, la pena de muerte. Esto se aborda en sus diálogos y en la forma de cómo preparan meticulosamente la cuerda con la que ahorcan. Con una fotografía con colores grises y con secuencias contemplativas, la cinta intenta ser un cuadro íntimo sobre la forma en cómo piensan los oficiales encargados de llevar acabo la muerte de un criminal. El director no intenta dar respuesta, sino por medio de la historia de un hombre obsesionado con los actos de su padre, abrir el debate sobre lo que pasa en su país, donde la pena de muerte es legal.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación y Editor CinEspacio24.
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