«Babygirl», gran drama erótico – CinEspacio24

«Babygirl», gran drama erótico

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Crítica de Babygirl, película de la directora Halina Reijn y protagonizada por Nicole Kidman. El filme es una arriesgado drama erótico sobre una poderosa directora de una empresa que empieza una relación poco convencional con un becario de su compañía. Uno de los mejores filmes del año. 

 

Por Arturo Brum Zarco*

@arturobrum

Romy es, a la vista de todos, una mujer exitosa. Directora de una importante empresa, esposa de un reconocido dramaturgo, dos hijas adolescentes que conviven la mayoría  de las veces en armonía con su madre. Evidentemente tiene dinero para usar el bótox que quiera o ir cuantas veces sea necesario a terapias de belleza o crioterapia. Es la mujer “ideal”, pero nunca ha tenido un orgasmo.

Pues es un personaje que parece construido con un caparazón de lo que debe de “ser” una mujer ejecutiva y poderosa. No obstante detrás de ese cubierta hay deseos reprimidos, vergüenza por sus pasiones que para muchos pueden ser bizarras o vistas como degeneradas o que sólo buscan complacer al hombre más perverso, pero sus gustos son de los más normal o al menos a esa reflexión nos lleva la película Babygirl.

Cinta que desde su título ya tiene una intencionalidad provocadora, ya que es la historia de una exitosa mujer de negocios que empieza una relación amorosa de BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) con un joven y atractivo becario de su empresa. Él en su momento más exótico la llama su Babygirl.

Dirigida por la holandesa Halina Reijn, quien ya había abordado temas que rayan en lo tabú como su ópera prima Instinto (2019), donde una psicóloga se enamora de su agresor sexual; asimismo, en su segunda película tuvo la valentía de parodiar a toda una generación y al subgénero slasher con su cinta de terror Bodies Bodies Bodies (2022). Es decir, Halina, que dio el salto de la actuación a la realización, es actualmente una directora temeraria no sólo por sus argumentos sino por cómo los cuenta.

Así, construye en Babygirl un drama erótico donde las escenas de relaciones sexuales son pocas y aún así el erotismo y la pasión  visceral de sus protagonistas permea en todo momento. Desde la primera escena hasta la última somos testigos de la constante búsqueda de Romy por complacer a su cuerpo y a su ser. Una metáfora de la represión de la sexualidad femenina, que destaca en cómo la presenta  la directora, pues es con una mujer que lo tiene todo y es el ejemplo de muchas.

La película edifica a través de sus planos cerrados y planos detalles  los cuerpos de los dos amantes en un universo donde los parámetros de lo “correcto” se hacen a un lado para dejarse llevar por un instinto más animal; ejemplo de lo anterior se aprecia en una escena donde el joven reta a Romy a beber en un bar un vaso de leche.

Cabe mencionar que la cinta deja en todo momento que no es sólo es él quien busca ese tipo de placer sino también ella, tanto es así que el acuerdo de que todo es consensuado llega a presentarse y lo hace de manera por demás erótica.

En esta mezcla de forma y fondo el sonido también realiza un papel importante, ya que es un diseño sonoro que parece gemir de placer en todo momento, lo que acentúa la sensación de deseos sexuales.

Quizá por momentos la película llega a ser demasiado repetitiva y condescendiente , detalles que se pierden por su fotografía, sonidos y actuaciones. Nicole Kidman como Romy hace un trabajo corporal sobresaliente, ya que pasa de la rigidez a la entrega y soltura total de su cuerpo, esta actuación le valió la Copa Volpi – Mejor actriz en el Festival de Venecia.

Tampoco es menor el trabajo de Antonio Banderas como el esposo y dramaturgo que no entiende o no quiere entender (ya está en su interpretación) a su esposa, o la actuación poderosa y con una presencia impactante de Harris Dickinson, quien da vida al joven amante.

El filme bien puede etiquetarse en películas eróticas como Ojos bien cerrados (de Stanley Kubrick, donde también actúa Nicole), La secretaria (Steven Shainberg), La pianista (Michael Haneke), obras que hablan de frustración sexual o del BDSM

Babygirl, una de las mejores películas del año,  es una apuesta arriesgada que incomodará a muchos y a muchas, pero seguramente a la mayoría les hará reflexionar sobre sus pasiones y orgasmos.

*Periodista, crítico de cine y realizador. Director de CinEspacio24.

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