Crítica de MaXXXine, el final de la trilogia de Ti West, quien ahora nos lleva a los años 80 y utiliza una estética de Film Noir y Giallo Italiano, para así mostrarnos la conclusión de Maxine Minx en su obsesiva búsqueda por la fama, un personaje que realiza de manera brillante Mia Goth.
Por Arturo Brum Zarco*
Desde el inicio de Hollywood en 1910, los productores encontraron una vía sumamente efectiva para su éxito, la creación de estrellas, lo que se denominó Star System. Esta fórmula, que hasta la fecha usan las grandes compañías estadounidenses, consiste en crear una suerte de mitología sobre los actores y actrices para que crezca su popularidad.
El sistema de estrellas se puede entender como una grotesca ambición por parte de productores y artistas para que el actor o actriz alcance la fama internacional en el ámbito cinematográfico.
Esa ambición es la que retrata el director Ti West en su trilogía de terror, conformada por X (2022), Pearl (2022) y MaXXXine (2024) la cual se estrenó en estos días, ya que si bien las películas forman parte de un mismo universo, el hilo conductor de estas cintas es la ambición, pero vista desde la locura, la obsesión y el rechazo, por medio de la mente de una protagonista que hará todo lo que sea necesario, incluso actos sanguinarios, para convertirse en una estrella de cine.
En este aspecto, los filmes de Ti West realizan, sobre todo la más reciente, una mordaz crítica a Hollywood y su creación de estrellas. Lo anterior se puede notar en las constantes referencias que el realizador hace en su trilogía de la actriz Theda Bara, una exitosa artista del periodo silente que es considerada una de las primeras Femme Fatale del cine, un producto que creó la 20th Century Fox al cambiar el físico e historia de vida de Theda para que fuera más exótica y así el público consumiera con mayor vehemencia sus películas.
Evidentemente con sus claras diferencias, Bara no era una persona sádica, pero las protagonistas de las tres películas de Ti tienen semejanza con dicha actriz del periodo silente, al no importarles los cambios que tengan que hacer para cumplir su meta de vida, la fama.
Así, en X, ambientada en los años 70, el director nos presenta a Maxine Minx (protagonizada por Mia Goth), quien es parte de un grupo de jóvenes cineastas que van realizar una película pornográfica en una granja en Texas, los cuales serán atacados por la dueña del lugar, una cruel persona de la tercera edad llamada Pearl (papel que también realiza Mia).
En la siguiente cinta Pearl, que es una precuela , el director nos lleva a los años 1918 y 1919, para contar la vida de Pearl (de nuevo interpretada por Mia), una joven granjera que sueña con convertirse en bailarina y actriz, pero su controladora madre se lo impide, lo que provocará unas terribles matanzas.
Entre lo más destacado de estas dos cintas es la diferencia en la estética que maneja el director. La primera es sombría pues es un Slaher que tiene mucha influencia del filme La masacre en Texas (1974) de Tobe Hopper. La segunda es un cinta con diversas referencias al cine mudo y al uso del Technicolor de los años 30 y 40, por eso se parece y tiene diversos homenajes bizarros a El mago de Oz (1939) de Victor Fleming.
Ambas películas comparten el subtexto de la ambición por la fama, pues tanto Maxine como Pearl, aseguran estar destinadas a la popularidad cinematográfica.
MaXXXine, el final de la trilogia, es la segunda parte cronológicamente de X, está ambientada ahora en los 80 y nos cuenta cómo Maxine (otra vez realizada por Mia) seis años después de sobrevivir al ataque en la granja es una exitosa actriz de cine para adultos, que quiere dar el salto a trabajos más convencionales.
La cinta inicia con Maxine asistiendo a una audición para una película de explotación y terror (esto es una constante dentro de la trilogía ya que todas son obras de metaficción). Después de ser cuestionada por su trabajo como actriz pornográfica, ella convence a la directora para que la contrate.
A la par del comienzo de su nuevo trabajo dos cosas ponen en riesgo su carrera, un investigador privado la contacta para chantajearla, pues tiene pruebas de lo que pasó en la granja. Por otra parte, un asesino serial acecha Los Ángeles y mata a la gente más cercana a Maxine, por lo que unos detectives dudan de la inocencia de la protagonista.
De esa forma, Ti West como lo hizo en sus dos anteriores cintas, recrea para esta entrega una estética particular, la cual está inspirada en el cine Noir y sobre todo en el Giallo Italiano, es más se puede catalogar a MaXXXine como un Giallo.
Con esto, el director logra impregnar en cada una de sus entregas múltiples referencias al cine de género. En MaXXXine incluso se da el lujo de usar la escenografía de una de las grandes cintas de horror, Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, con lo que acentúa el tema de asesinos seriales y los problemas mentales de la protagonista.
Pues en MaXXXine el director no deja de mostrar que Maxine es una mujer con traumas, obsesiones y delirios de fama, los cuales aprovechará la maquinaria de Hollywood para crear todo una mitología acerca de ella y convertirla en una gran estrella.
De ahí la importancia del trabajo que hace Mia Goth, pues logra en muchas secuencias pasar de la calma y la contención a lo visceral y la furia de manera provocativa y deslumbrante. Por tal motivo, a Mia, con sus apenas 30 años, ya se le debe considerar como un gran referente del cine de género, no sólo por esta trilogía sino también por sus trabajos en Suspiria (2018) de Luca Guadagnino e Infinity Pool (2023) de Brandon Cronenberg.
MaXXXine, que ya se encuentra en cartelera, es el posible final de una saga que tiene como premisa mostrar la obsesión desmedida y peligrosa por conseguir fama y popularidad; una ambición que es algo que Hollywood sabe explotar.
*Periodista, crítico de cine y realizador. Director de CinEspacio24.
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