Crítica de Ofrenda al Demonio, dirigida por Oliver Park, quien nos narra cómo un padre e hijo intentan arreglar sus problemas, pero un demonio provoca que las cosas se salgan de control.
Por Martín L. González*
Ofrenda al Demonio, del cineasta Oliver Park, logra de manera efectiva y convencional aterrorizar al espectador; no obstante, lo hace con una fórmula narrativa llena de clichés que la hace sumamente predecible.
Esta cinta utiliza el clásico recurso de generar un momento de tensión, que se vuelve inquietantemente silencioso y que sólo puede ser roto por un sonido estruendoso o una imagen impactante. Esa es una técnica muy utilizada que tristemente tiende a ser sobreexplotada en películas como esta.
Este filme sigue a Claire (Emily Wiseman) y Arthur (Nick Blood), una feliz pareja que está esperando a su primogénita y que deciden ir a casa del padre de Arthur para hacer las paces con este, ya que según se menciona, la relación entre estos dos nunca ha sido buena, sobre todo por que Arthur decició abandonar la comunidad judía ortodoxa de la que es parte su familia.
Sin embargo, una vez que llegan a casa de Saul (Allan Corduner), el padre de Arthur, se dan cuenta que este cambió por completo y ahora es una persona muy comprensible y amable, por lo que la relación entre padre e hijo comienza a ser un poco más cercana, ya que Arthur requiere la ayuda de su padre, pues se encuentra en bancarrota.
Este intento de conectar con su padre lo lleva a trabajar con él en la morgue, donde se encuentra con un cadáver que lleva un colgante en el que está encerrado el demonio Abyzou, quien es liberado accidentalmente por Arthur. Su torpeza pone en peligro a su esposa y a su futura hija.
Aunque la historia suena bien en principio, el desarrollo de esta se siente muchas veces torpe e inconexa, ya que la trama principal en torno a la relación entre Arthur y su padre, así como las intenciones ocultas de este por conseguir la firma de su padre para resolver sus problemas económicos, se pierde por las extrañas y confusas intenciones del demonio.
Esto produce que el filme se sienta como si viéramos dos películas diferentes, pues la conexión entre una historia y otra no se realiza de manera adecuada, por lo que realmente la cinta no termina de involucrar al espectador. Así, resulta difícil engancharse con lo que está sucediendo en pantalla.
Por ello es que el largometraje recurre constantemente a los jumpscare, pues cada vez que está bajando el ritmo la cinta utiliza dicho recurso barato que si bien es cierto puede ser una gran herramienta, no lo es en el caso de Ofrenda al Demonio.
Aunque el último acto resulta entretenido y mucho más propositivo, las fallas en el guion y las pocas motivaciones de la cinta, hacen que esta película se quede corta en su intento por volverse una película memorable, ya que todo lo que ofrece el largometraje sólo le alcanza para ser una película más del montón.
Ofrenda al demonio se estrena este 10 de mayo en salas de cine.
*Crítico de cine. Colaborador CinEspacio24
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