«Erin Brockovich», una película que inspira – CinEspacio24

«Erin Brockovich», una película que inspira

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Crítica de la película Erin Brockovich, protagonizada por Julia Roberts y dirigida por Steven Soderbergh. Texto realizado en nuestro taller de Crítica Cinematográfica.

Por Fernando Martínez*

@abogadodemaria

Erin Brockovich es una película estadounidense protagonizada por Julia Roberts y dirigida por Steven Soderbergh. Narra la vida de Erin Brockovich-Ellis, una activista ambiental que logró una importante victoria judicial contra la compañía Pacific Gas and Electric Company (PG&E).

Erin Brockovich (llamada en español Una mujer audaz) es diferente porque no es la historia de amor o desamor que gira en torno a una pareja feliz/infeliz. No es una comedia romántica, no es un cuento que busca el amor. No es una historia de superación personal; sí, es una película que inspira y que clama justicia, ya que es el caso verídico de una madre divorciada con problemas para encontrar trabajo.

Podríamos decir que es una cinta que nos hará recordar (y reflexionar) sobre la vieja canción Los caminos de la vida, pues como menciona: “no son como los pensamos, ni como los imaginamos”.

Menciono lo anterior porque el filme se basa en la verdadera Erin Brokovich, una fracasada ex reina de belleza que un día buscó trabajo como asistente, y que su vida cambió cuando al salir de un consultorio médico sufrió un accidente en auto. Después de perder un juicio legal por daños, la mujer se enfada con su abogado y lo reta; esto provoca que le den trabajo en el despacho.

Por cierto, Erin Brockovich-Ellis, la activista ambiental en la que está inspirada este largometraje, hace un cameo al aparecer como una camarera llamada Julia. De esta forma, los escritores juegan con el nombre de la actriz que la interpreta.

Después, vemos cómo Erin, metida en el buró de abogados, comienza a indagar dentro del expediente de un cliente, Donna Jensen. Donde descubre los estudios médicos y la extraña “colaboración” de la empresa Pacific Gas and Electric Company (PG&E) que paga “desinteresadamente” los gastos médicos de varias personas. Ella va a encontrar la relación directa entre las enfermedades cancerígenas de la comunidad de Hinckley, California, con la contaminación de los estanques de agua locales producida por la compañía de gas y electricidad.

Esta es una historia que poco a poco nos va metiendo en su conflicto, y que provoca que como espectadores queramos un desenlace justo: que la compañía sea desenmascarada por Erin y sus abogados, y que se haga justicia a las familias que sufren de cánceres terminales.

 

— Alerta de Spioler—–

La película sí redime al villano, pues la compañía de gas y electricidad que utilizó cromo hexavalente en sus procesos, afirmó  ya no utilizar dicho químico.

Esto bien puede ser una clase jurídica para cualquier curso de leyes en alguna universidad estadounidense, ya que hay que citar la leyenda insertada al final del largometraje: “la indemnización en el caso Hinkley fue la más cuantiosa en la historia de las demandas directas en Estados Unidos”.

Estrenada el 17 de marzo de 2000, casi un año antes del atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Erin Brockovich nos habla de cómo es la sociedad estadounidense: en momentos ingenua, pero que si se organiza alcanza grandes metas. Un país con un sistema judicial que es “la envidia de muchos”, porque ahí te enjuician tus pares.

Incluso dentro de la cinta hay una crítica severa a los abogados, esos que se engalanan en las barras y bufetes, ya que la protagonista no es una licenciada en derecho titulada, es una ex reina de belleza metida a una oficina que examinó expedientes y dio con una injusticia de una empresa poderosa. Ella es buena entrevistando, hace un gran trabajo de campo y en la película vemos como la gente la respeta, le tiene confianza y coopera con ella. En “épocas no feministas” (marzo 2000) la defensora y activista ambiental hizo más por su nación que como reina de belleza.

También, la cinta nos muestra el luchar de una madre con tres hijos que desea poder alimentarlos, pagar cuentas, darles tiempo y que comprendan que ella tiene que salir a trabajar.

Además, logramos ver otra moraleja. En Estados Unidos todo ciudadano puede luchar por la justicia y el sistema judicial responderá sin ignorarlo. Escribimos esta crítica desde una nación latinoamericana, y en el caso de nuestros países, lo de antes mencionado, nos sorprende; pues como ciudadano común, no se tienen acceso a los documentos públicos, aún buscando en instituciones al servicio público.

“Conociendo a Julia Roberts” (conociéndola entre comillas), sabemos que ella por lo menos desde Mujer Bonita (Garry Marshall, 1990) no firma cualquier contrato, no se mete en cualquier historia a menos que para ella le resulte interesante y sea un proyecto innovador. En ese sentido Erin Brockovich es un proyecto audiovisual provocativo, original e inspirador.

*Participante de nuestro Taller de Crítica Cinematográfica

 

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