Crítica de Benedetta, dirigida por Paul Verhoeven, película ambientada en la Italia del siglo XVII, que nos narra la vida de la monja Bendetta, quien dice que es capaz de realizar milagros y hablar con Dios; esto mientras mantiene una relación amorosa con otra monja.
Por Arturo Brum Zarco*
El Nunsploitation es un subgénero del cine de explotación provocativo por naturaleza, radical en sus formas e incómodo en sus argumentos; su razón de ser es analizar y profundizar sobre la figura de la monja y lo hace a través de historias donde la sexualidad, la violencia y el fanatismo muestran la doble moral de la religión.
Asimismo, este controvertido subgénero edifica a la mujer que decidió o víctima de sus circunstancias entrega su vida a la castidad y a la hermética situación de los conventos, y las presenta como jóvenes que buscan su libertad por medio de la subversión y la realización de actos radicales que van en contra de las leyes espirituales que deben seguir.
Nunsploitation, el subgénero más controversial del cine
Estas características se notan de una forma divertida y propositiva en la cinta Benedetta del director neerlandés Paul Verhoeven (reconocido por obras como Robocop, Bajos instintos, Elle). Dicho filme, que se basa en hechos reales, narra cómo una monja asegura que sus sueños y visiones son mensajes de Dios, y a la par de estos poco convencionales actos mantiene una relación lesbica con otra monja.
Benedetta es una producción francesa que se presentó en el Festival de Cine de Cannes en 2021, obviamente ha causado controversia y molestia entre la comunidad católica, ya que Verhoeven muestra la pasión y el amor entre dos mujeres con escenas sexuales explícitas donde utilizan símbolos religiosos para llegar al clímax de sus pasiones.
Con esto el director aboga por la libertad de las mujeres de decidir sobre su cuerpo sin la interferencia del hombre; esto lo deja muy claro al presentar que el pecado mayor de estas dos monjas no fueron sus actos sexuales sino realizarlos sin la presencia masculina.
Ambientada en la Italia del siglo XVII, el largometraje sigue los pasos de Benedetta Carlini (interpretada magistralmente por Virginie Efira), quien desde niña estaba convencida de que su vocación era entregarse a la religión y como ella menciona varias veces convertirse en la esposa de Dios. Durante su trabajo para ser una dedica y responsable monja, convence a la Madre Superiora de su convento para que acepten a Bartolomea (Daphne Patakia), una joven de bajos recursos que huye de un hombre que la violenta.
Entre Benedetta y Bartolomea nacerá una complicidad y una relación amorosa; todo esto mientras Benedetta asegura que es la mensajera de Dios, así, la gente de su localidad creerá en ella y la convertirán en un ser casi divino.
De esa forma, Verhoeven aborda otros puntos importantes: el fanatismo religioso, la locura de confiar ciegamente en una persona y el amor incondicional hacia alguien manipulador. Por lo tanto, el filme no es condescendiente, no victimiza, y esto fortalece la presentación de los personajes, los cuales juegan con una dualidad moral en medio de una entorno espiritual.
Con una estética que respeta al cine de explotación de los 70 y secuencias metafóricas (como Jesús peleando con serpientes), esta es una de las películas más transgresoras de Verhoeven, quien muestra una vez más su reconocida habilidad para crear atmósferas tentadoras y ambivalentes.
Basada en la novela Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy, de Judith C. Brown, Benedetta, que se estrena este 20 de enero, es una propuesta radical y entretenida con muchos matices.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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