«Bob Ross», documental del arte contra la avaricia – CinEspacio24

«Bob Ross», documental del arte contra la avaricia

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Bob Ross: Accidentes felices, traiciones y avaricia es un documental de Netflix, que nos narra la vida del popular pintor Bob Ross y cómo sus socios se quedaron de forma poco ética con los derechos su la imagen. 

 

 

Por Arturo Brum Zarco*

@arturobrum

El arte también es un producto comercial, y como tal hay ocasiones donde se privilegia las ganancias económicas antes que la calidad y la ética del quehacer artístico; ese es el conflicto que aborda el documental Bob Ross: Accidentes felices, traiciones y avaricia (Bob Ross: Happy accidents, betrayal & greed), recientemente estrenada en Netflix y dirigida por Joshua Rofé.

La película narra la vida del pintor Bob Ross, quien se convirtió en una figura mediática por su popular programa The Joy of Paintin (El placer de pintar), el cual se emitió de 1983 a 1994 en la PBS (la cadena de televisión pública en los Estados Unidos), y donde el artista realizaba, en media hora, pinturas al óleo de hermosos paisajes de la naturaleza.

En dicho programa era característico ver su peinado afro, oír su melódica y pausada voz, sus mensajes positivos, disfrutar su amor por la pintura y sobre todo escuchar su emotivo discurso de que cualquier persona, con práctica y pasión, podía pintar profesionalmente. Esto convirtió a Ross en un icono del arte, un personaje famoso por su forma de enseñar y de asegurar que en esos cuadros siempre aparecían accidentes felices que le daban vida y realismo a los paisajes que creaba.  

Ese retrato de Bob Ross es universal, ya que su programa se emitió en varios países de Europa, Asía y Latinoamérica, así, su presencia e imagen es un referente del arte y de los eventos televisivos culturales; imagen que actualmente es explotada por una compañía que de una forma poco escrupulosa se quedó con los derechos de todo lo relacionado con la figura de Ross.

En eso se enfoca el documental, en una faceta que pocos conocíamos de Bob Ross, quien murió en 1995 a causa de un linfoma. El filme nos lo presenta como un tipo soñador que amaba pintar y estaba convencido de que ese amor lo podía transmitir; sin embargo, lo que nos cuenta Joshua Rofé, es que se asoció con un matrimonio que sólo estaba interesado en conseguir  ganancias económicas por su trabajo.

En ese sentido, y quizá de una forma un tanto condescendiente, el dilema de la cinta es la casi eterna pelea entra la creación artística contra sus ventas comerciales; dos puntos que deberían caminar juntos, pero como en este caso se acentúo y consiguió el poder el lado financiero.

La película empieza de una forma enigmática, con Steve Ross (el hijo de Bob) narrando de una manera íntima que lo que el espectador conocerá son las atrocidades que le hicieron a su padre; después de esa misteriosa aseveración aparece un texto que explica que la mayoría de personas cercanas a Bob Ross no quisieron participar en el documental, por miedo a problemas legales con la familia Kowalski, dueños de una compañía que ha hecho millones de dólares con las ventas de pinturas, pinceles, cuadros y todo el material que se pueda crear con la firma de Ross.

De esa forma, se nota el suspenso y la buena manufactura del documental, el cual logra mostrar que detrás de esos bellos cuadros no sólo hubo bellos accidentes, también codicia y avaricia. Como mucha de la historia del arte.

*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias

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