Análisis de la cinta First Reformed, protagonizada por Ethan Hawke y Amanda Seyfried, escrita y dirigida por Paul Schrader, quien fue el guionista de la icónica película Taxi Driver de Martin Scorsese.
Por Zuri Grace Bretón * El 8 de febrero de 1976 se estrenaba una de las obras cinematográficas más relevantes del siglo XX, la mítica Taxi Driver de Martin Scorsese, que dejaría como legado a uno de los personajes más enigmáticos del cine y que ha sido estudiado por generaciones, Travis Bickle (interpretado magistralmente por Robert De Niro), un veterano de guerra, mentalmente inestable, con una extraña fijación por la pornografía y las armas, que trabaja como taxista nocturno en Nueva York, observando de cerca, lo que él considera una sociedad decadente. El guion, escrito por Paul Schrader contiene una fuerte carga de crítica social, pero, su enfoque es principalmente introspectivo, adentrándose en la psique del protagonista, quien ante su hastío por la depravación y suciedad neoyorquina comienza un proceso de radicalización que desencadena en acciones violentas. Más de 40 años separan a este clásico de First Reformed (2017), cinta escrita y dirigida por el mismo Schrader y producida por A24, que nos cuenta la historia del reverendo Ernst Toller, un solitario pastor de una iglesia protestante en un pequeño pueblo al norte de Estados Unidos, quien tras la muerte de uno de sus feligreses, ve su fe puesta a prueba por la corrupción e hipocresía de las instituciones religiosas, a la par que es acechado por complejos dilemas morales y su turbio pasado. Y aunque el escenario, los personajes y la trama en general parecieran completamente ajenos, la estrecha relación entre ambas cintas es innegable. Pues Schrader tiene una clara tendencia a proyectar en sus historias aquello que ha marcado su vida personal, por lo que en esta película regresa el discurso de crítica a la guerra, el alcoholismo como vicio tormentoso del protagonista e incluso en el caso de First reformed, lo lleva a un nivel más personal insertando la figura del líder religioso, pues el mismo Schrader era hijo de un estricto reverendo protestante y constantemente ha hablado de un oscuro periodo en su vida previo a Taxi Driver, en el que estaba sumido en la depresión y el alcoholismo. Todos, factores que evidentemente han nutrido las líneas de sus guiones. Pero, más allá de estos rasgos particulares, los paralelismos entre las obras se dan a nivel estructural y representativo. La conducta introvertida y pesimista de los protagonistas, así como sus curvas dramáticas de radicalización de sus ideales sociopolíticos que desembocan en un complejo de salvador; o bien, el rol que juegan las mujeres en ambas historias, siendo el personaje de Mary (Amanda Seyfried), el equivalente de la joven prostituta adolescente, Iris (Jodie Foster) en Taxi Driver, como símbolos de pureza y redención frente a la maldad de la humanidad. Resulta entonces curioso que pese a esta clara relación, sean otras las películas que han sido promocionadas hacia el público como herederas de Taxi Driver, como es el caso de Joker (Todd Phillips, 2019) o You were never really here (Lynne Ramsay, 2017), estrenada incluso el mismo año que First Reformed, y aunque ambas obras (por cierto, protagonizadas por Joaquin Phoenix) tienen algunas similitudes y hacen obvias referencias al clásico de Scorsese, se tratan de lazos bastante más superficiales que aquellos que unen al taxista con el reverendo. Se podría decir que Toller es un Travis Bickle en sotana, aunque por supuesto, más maduro, le aquejan cuestionamientos religiosos, pero también ambientalistas dándole un corte bastante más moderno al discurso y demostrando así la evolución del propio director, consciente del mundo que le rodea y las problemáticas que apremian hoy. Por supuesto que el valor de First Reformed no es ser simplemente una reinvención de Taxi Driver, aunque la comparación sea inevitable, se trata de una obra única que destaca por sí misma y en definitiva merece más atención y menciones por parte de la crítica de las que se le dieron en su momento. El estilo de Schrader en su faceta de director es completamente diferente al ritmo dinámico de Scorsese, optando el primero por una narrativa contemplativa, con la cámara prácticamente estática en toda la cinta y reservando el movimiento únicamente para comunicar en momentos clave. En First reformed, el espectador no juega un papel pasivo, sino que se busca provocar emociones en él al permitir que cada escena se asiente lentamente y con ese lenguaje cinematográfico pausado darle oportunidad al público de procesar los cuestionamientos que la historia le despierta. Quizás una de las reflexiones más valiosas que nos permite esta comparación es la de revalorar el peso del guionista en una película, pues este rol es constantemente dado por sentado o se le presta poca atención en comparación con el director, que por supuesto, es el maestro de la orquesta y de quién depende que el concierto sea un éxito, sin embargo, es el guionista quien, bajo esta misma metáfora, juega el papel del compositor, quien determina las notas que deleitarán al público. Hablando incluso, como lo hemos visto en este caso, de un innegable “sello autoral”. De hecho, como sucedió con Schrader es bastante común que los guionistas destacados hagan en algún punto la transición a directores y se vea intensificado en sus películas aquel estilo que se percibe o apenas se insinúa en sus guiones. Claro ejemplo de esto es la carrera del notable Charlie Kaufman; por su puesto que su genio era ya palpable desde Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Michel Gondry, 2004) donde fungió como guionista, pero se le da rienda suelta a su característico existencialismo, experimentación de estructuras y temporalidades poco convencionales hasta que se monta en la silla del director, como lo vimos el año pasado con I’m thinking of ending things. Finalmente, es imposible imaginar qué sería de estas películas sin las brillantes mancuernas entre directores y guionistas, Scorsese/Schrader, Gondry/Kaufman, visiones complementarias que dieron como resultado clásicos imprescindibles del séptimo arte. Pero, claro que siempre resultará fascinante apreciar la otra faceta de quienes están detrás de las letras y nos regalan cintas tan memorables como First reformed.
*Licenciada en Comunicación, analista cinematográfica y colaboradora en CinEspacio24 Noticias
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