Dirigida por Carlos Lenin, La paloma y el lobo sigue los pasos de una pareja que tuvo que huir de su pueblo por el crimen organizado; después de un tiempo ella quiere regresar, él, no, ya que esconde un secreto que lo está consumiendo.
Por Arturo Brum Zarco*
El amor en tiempos de una violencia extrema, de eso trata la perspicaz película La paloma y el lobo, ópera prima de Carlos Lenin, quien por medio de una historia de amor nos muestra una sociedad fracturada por el crimen organizado, y en lo individual el desasosiego de un par de jóvenes que se encuentran atrapados entre su amor y las desagradables y terroríficas cosas que vivieron en el pasado, a causa de una guerra que ha traído más daño que paz.
La guerra contra el narcotráfico, que comenzó en el sexenio de Felipe Calderón, no ha tenido buenos resultados, al contrario, son más los ejemplos y los datos de cómo esa fallida estrategia provocó más desapariciones y asesinatos, y actos sanguinarios difícil de explicar y entender.
La cinta de Carlos Lenin está dentro de ese contexto, donde desafortunadamente parece que la violencia se ha normalizado. No obstante, en su película no vemos escenas crueles o hechos inhumanos, y sin embargo la ambientación, los contundentes diálogos y acciones de los personajes hacen que nos adentremos a ese mundo secuestrado por los malos; como bien lo manifiesta el diálogo de un niño del filme: “¿tú eres malo o bueno?.., yo soy malo”.
Así, el director crea una historia donde los detalles se convierten en importantes pistas para reflejar la soledad y el vacío de los protagonistas, quienes parecen aceptar que el control de su vida ya no les pertenece, están a merced de una implacable violencia que cada día se acentúa más.
El largometraje nos narra la vida de Paloma (Paloma Petra) y Lobo (Armando Hernández), una pareja que tuvo que abandonar su pueblo natal por el crimen organizado e ir a vivir a un pequeño pueblo en el norte de México; después de un tiempo, ella quiere regresar, él, no.
De esa forma, vemos cómo los dos se aman profundamente, pero la nostalgia, la melancolía y los errores del pasado van desgastando una relación que intenta sobrevivir en un país con pocas oportunidades de trabajo y en un lugar donde la violencia se impregnó ferozmente en la comunidad. La cinta lo muestra con un grupo de jóvenes adolescentes, que estudian la secundaria, quienes se presentan de forma tétrica y amenazante ante Paloma y Lobo.
Asimismo, la manufactura del filme tiene su fortaleza en el silencio de los personajes, un silencio que se transforma en grito gracias a la fotografía, la cual casi siempre encuadra a los protagonistas, como si no los dejará salir de ese sentimiento de desolación en el que conviven. Ese silencio que aborda la cinta bien puede ser una metáfora de todas esas voces que el crimen organizado calló.
Después de su paso por festivales como el FICUNAM, el Festival Internacional de Cine de Morelia, el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, entre otros, el jueves 22 de abril tiene su estreno comercial. Película que además estuvo nominada a cuatro premios Ariel: Mejor ópera prima, Mejor actuación masculina (Armando Hernández), Mejor Fotografía y Mejor Sonido.
La paloma y el lobo, obra contemplativa y simbólica, es una historia de amor, sobre una pareja que está inmersa en la angustia y la desesperación por no tener la libertad de elegir el rumbo de su vida. Gran película.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias
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