Park Chan-Wook es un director surcoreano que revolucionó el cine de su país; su filmografía muestra que es uno de los mejores cineastas de la actualidad.
Park Chan-wook y Mia Wasikowska en la cinta Stoker
La industria cinematográfica de Corea del Sur comenzó a tomar fuerza internacionalmente gracias a la llamada nueva ola de cine surcoreano.
Si bien es cierto que el gusto por el cine de dicho país creció significativamente gracias al éxito de la película Parásitos(Bong Joon-ho, 2019), y su triunfo en los premios Oscar donde ganó en la categoría amejorpelícula, también es un hecho que para que todo esto pasara tuvo que llegar primero un hombre llamado Park Chan-Wook.
Este cineasta surcoreano consiguió el reconocimiento mundial gracias a su enorme talento para dirigir y narrar historias, las cuales suelen estar acompañadas de violencia, un peculiar humor negro y personajes complejos.
Park Chan-Wook nació el 23 de agosto de 1963 en Seúl, Corea del Sur. Poco se conoce sobre su infancia y juventud, pero se dice que era un chico introvertido y mostró interés por el arte desde niño. Asistió a la universidad de Sogang, donde estudió filosofía; durante esta etapa de su vida también fundó un cine club llamado Comunidad Fílmica de Sogang.
Su meta en la vida era ser crítico de arte, sin embargo todo cambió tras ver la película Vértigo (1958) del director Alfred Hitchcock, cinta que hizo que reconsiderada su profesión. Tras graduarse de la universidad, comenzó a trabajar como columnista en diversos periódicos de su localidad, abordando temas relacionados al cine. Aunado a eso, trabajó como asistente de dirección en algunas películas.
En 1992 escribió y dirigió su primer largometraje titulado TheMoon is… the Sun´s Dream; posteriormente, estrenó la cinta Saminjo (1997) y el cortometraje Simpan (1999). Estos trabajos obtuvieron criticas divididas y una pésima recepción en taquilla, lo que lo llevó a trabajar como crítico de cine.
Sin embargo, al poco tiempo de esto, Park Chan-Wook presentó su cinta Joint Security Area (2000), que nos narra la investigación de una mujer sobre un incidente entre la frontera de Corea del Norte y Corea del Sur, donde murió un soldado norcoreano aparentemente a manos de un soldado surcoreano.
Este largometraje impulsó la carrera del director, ya que el estreno del filme coincidió con el gran momento que vivía la industria cinematográfica de su país. Park Chan-Wook aprovechó esa situación, y dio inicio a su llamada trilogía de la venganza.
Así es como en 2002 vio la luz el filme Sympathy for Mr. Vengeance. El largometraje obtuvo una gran recepción en una industria que ya no dependía del cine hollywoodense, pues el público surcoreano consumía cine local.
Con este panorama, el cine surcoreano necesitaba de un pequeño empuje que llevara a su industria a ser reconocida internacionalmente. Por suerte, el director Park Chan-Wook estrenó no sólo la película más importante de su filmografía, sino el largometraje que sería el artífice de crear el puente entre el cine surcoreano y el resto del mundo: Old Boy (2003).
La cinta sigue a Oh Dae-Su (Choi Min-Sik), un rutinario hombre de familia que una noche es secuestrado, sin ninguna razón aparente. Tras este suceso, el hombre despierta en lo que parece ser un cuarto de hotel y cuyo único contacto con el exterior es una pequeña televisión. Tras 15 años de confinamiento, Oh Dae-Su es liberado repentinamente, y tiene la oportunidad de continuar con su vida cotidiana, pero decide tomar venganza de aquel personaje misterioso que le quitó su liberad.
La película fue un rotundo éxito, consiguió críticas positivas y una gran recepción del público surcoreano. Old Boy no sólo le abría las puertas de Hollywood a Park Chan- Wook, también logró hacerle justicia al buen trabajo de la llamada nueva ola de cine surcoreano.
Tras este gran acierto del director, el mundo esperaba su siguiente trabajo. En 2005 apareció el largometraje Sympathy for Lady Vengeance, tercera y última película de la trilogía de la venganza. La cinta no alcanzó el impacto de su antecesora, pero obtuvo una buena recepción, confirmando que el talento de Park Chan-Wook se encontraba en auge y no había señales de que pararía.
Tras su exitosa trilogía, Park Chan-Wook daría un rotundo giro a su carrera, dirigió la comedia romántica I´m a cyborg, but that´s ok (2006). EL filme obtuvo opiniones dividías justo por el cambio tan drástico del cineasta en comparación con sus anteriores trabajos.
En 2009 presenta una cinta sobre vampiros titulada Thirst , que según las palabras del director : “fue originalmente llamada The Bat (El murciélago) para transmitir una sensación de horror. Después de todo, se trata de vampiros. Pero también es más que eso. Se trata de la pasión y un triángulo amoroso. Creo que es única, porque no es sólo una película de suspenso, ni tampoco una película de terror, sino una historia de amor ilícito”.
Durante los próximos años dirigió varios proyectos, entre los que destaca el cortometraje Night Fishing (2011), que fue grabado con un Iphone y co-dirigido por su hermano menor Park Chan-kyong.
Su siguiente trabajo importante llegó en 2013 bajo el titulo de Stoker. Esta sería la primera cinta del director en inglés, protagonizada por Nicole Kidman, Mia Wasikowska y Mattew Goode; un thriller y drama familiar que aborda de manera brillante los problemas mentales y las obsesiones.
Finalmente en 2016 estrenó La doncella, adaptación cinematográfica de la novela Falsa identidad de la escritora Sarah Waters. Dicha cinta, un thriller psicológico y erótico, fue recibida de gran manera, siendo un rotundo éxito y confirmó el enorme talento de Park Chan-Wook.
Aún nos faltan ver grandes obras de este director, ya que estamos seguros de que tiene grandes ideas que filmar, y que sin duda nos demostrará nuevamente que Park Chan-Wook es un cineasta de clase mundial.
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