I lost my body es una cinta francesa de animación, dirigida por Jérémy Clapin, que nos narra dos historias: una con tintes fantásticos sobre una mano que busca a su dueño; y la otra sobre un joven, sin muchas ambiciones, que se enamora de una chica. Una bella cinta sobre el amor y el recuerdo.
Por Martín L. González* Durante mucho tiempo se creyó que las películas animadas tenían que ser exclusivamente para niños, pues para muchas personas era inconcebible que una cinta de este estilo pudieran tratar temas sociales con crudeza. La cinta francesa animada, original de Netflix, I Lost My Body (J’ai perdu mon corps) nos cuenta la historia de Naoufel, un joven parisino sin aspiraciones en la vida que labora como repartidor de pizzas, sólo que no es muy bueno en su trabajo, ya que constantemente entrega tarde sus pedidos, teniendo que regalar el producto en más de una ocasión. En una de sus entregas sufre un choque en el que su moto queda maltrecha, por lo que se retrasa 40 minutos. A pesar de ello, decide llegar a su destino, donde conoce a Gabrielle, quien a pesar de su molestia por el retraso, termina hablando con Naoufel, un largo tiempo, por el intercomunicador. Cautivado por la chica, decide buscarla por todos lados para confesarle su amor. Paralelo a esto también seguimos la travesía de una mano cercenada, la cual, escapa de un laboratorio en busca de su cuerpo, sólo que para lograrlo tendrá que vivir toda una odisea. El director Jérémy Clapin no entrega una cinta tan peculiar como su argumento, ya que con todos los géneros en los que se puede encasillar su trama, decide hacer una mezcolanza muy particular, saltando constantemente de un género a otro. Cuando tenemos en pantalla a la mano cercenada, el largometraje se inclina completamente a la acción manchándose con tintes de suspenso, por lo que constantemente estamos con la incertidumbre y a merced de lo que pasará en la historia, consiguiendo que pidamos a gritos más adrenalina. Pero a su vez, cuando estamos acompañado a Naoufel en su travesía, nos encontramos con un romance y drama, contrastando por completo con la historia paralela. Ambas tramas cuentas con varias vertientes, pues por un momento nos habla sobre lo difícil que es seguir adelante cuando no tenemos nada o nadie por quien luchar, para después darnos una lección sobre lo difícil que es tomar una decisión que afectará nuestro futuro. Todo esto lo consigue por medio de un efectivo lenguaje visual, explotando herramientas narrativas que pocas veces se ve en una película animada. El filme decide darnos su lección más importante en la recta final de la trama, susurrándonos que no debemos aferrarnos a aquello que simplemente no podemos tener. Ya sea el pasado o alguna persona; mientras nos mantengamos anclados a aquello que simplemente se ha ido, jamás podremos dar ese salto que tanto deseamos para conseguir lo que realmente anhelamos. Sin duda, I Lost My Body hace un trabajo tan maravilloso que refuerza la idea de que las películas animadas pueden ser complejas y profundas.
*Colaborador CinEspacio24
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