Una guerra brillante, dirigida por Alfonso Gomez-Rejon, ambientada a finales del siglo XIX, nos cuenta la rivalidad entre Thomas Edison y George Westinghouse, quienes compitieron, de forma poco ética, para que sus respectivas empresas fueran las encargadas de llevar electricidad a las ciudades de los Estados Unidos. Protagonizada por Benedict Cumberbatch y Michael Shannon.
A finales del siglo XIX la noche se iluminó, la luz eléctrica era una realidad y una batalla por el control de qué empresa sería la encargada de la distribución y de desarrollar los motores para llevar la electricidad a cada ciudad en los Estados Unidos se salió de control. Eso es lo que nos cuenta la cinta Una guerra brillante que nos narra, basado en hechos reales, la competencia entre el inventor Thomas Edison (quien es considerado creador de la luz eléctrica) y el empresario George Westinghouse, quienes se empeñaron en demostrar que sus respectivas empresas tenían el mejor sistema sustentable y así poder comercializarlo. Al respecto, la cinta no aborda afondo cuestiones técnicas sobre la creación de la electricidad, y es que su objetivo es mostrar la competencia comercial entre estos dos personajes, una competencia que bien puede ser el ejemplo del capitalismo voraz. Un capitalismo que no le importa realizar cosas desleales o poco éticas para terminar con su rival; una rivalidad donde no importa dañar al otro mientras te quedes con el contrato. La cinta tiene su fortaleza en enfocarse en mostrar este tipo de competencia, una forma de rivalidad entre las empresas que por lo menos el siglo pasado eran común: desacreditar al rival, bajar los precios, presionar al gobierno, inventar historias de tu adversario a la prensa, entre otras cosas. Así, el filme nos presenta a un Thomas Edison (interpretado por Benedict Cumberbatch) como un científico arrogante, presuntuoso, que siente que le robaron su invento, y por lo tanto cualquiera que intente ganarle en la carrera por iluminar a su país merece su desdén y ataques. En su contraparte está George Westinghouse (actuación que realiza Michael Shannon), un empresario dedicado a la distribución de gas, que se involucra en la competencia por el sistema eléctrico, y quien al principio tenía buenas intenciones, pero al ver los ataques de Edison decide hacer lo mismo. El filme, dirigido por Alfonso Gomez-Rejon, se enfoca en la rivalidad de estos dos personajes, e intenta construir la personalidad y las motivaciones de cada uno, sin embargo esas construcciones quedan opacadas por confusos diálogos o motivaciones sin mucho sentido, que llegan a salvarse por la grandes interpretaciones que hacen Benedict y Michael. Asimismo, nos muestra a otra persona clave en dicha lucha comercial, Nikola Telsa (buena interpretación de Nicholas Hoult), quien ayuda a George a construir un motor que supere a los de Edison. El largometraje cuenta con un buen reparto, una fotografía agradable (juega con la luz, era obvio) y con un diseño de producción bien realizado, su problema radica en ese fallida construcción de personajes, ya que busca dramatizar exageradamente sus intenciones. No obstante, la película puede ser un buen pretexto para investigar más del caso y conocer la historia de Edison, George y Telsa, quienes sí iluminaron al mundo.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias
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