Mentada de Padre, dirigida por Fernado Rovzar y Mark Alazraki, trata sobre el dueño de un imperio radiofónico, quien decepcionado de sus cuatro hijos, les pone una prueba para ver quién merece quedarse con su fortuna.
Por Martín L. González*
La comedia es uno de los géneros más explotados en México. Junto a las comedias románticas son los pilares del cine mexicano moderno, que han pasado de lo novedoso a lo repetitivo. Han dejado de intentar refrescar al género y se han dedicado a gastar los mismos chistes una y otra vez, lo cual ha llevado en picada la calidad de estas películas.
Don Lauro Márquez Castillo (Héctor Suarez), es el dueño de una importante radiodifusora, quién tras sufrir un accidente con una trampa para osos, le diagnostican gangrena. Al saber que morirá pronto, reúne a sus cuatro hijos para decidir quién se quedará con su jugosa herencia.
Lauro le explica a sus hijos que sólo uno recibirá dinero, y para ello tienen que cumplir ciertos requisitos, sin embargo antes de comentarles que deben de hacer, muere; pero las reglas ya están escritas.
Confundidos, Fausto (Osvaldo Benavides), Tadeo (Mauricio Isaac), Abel (Antonio Gaona) e Iker (Mauricio Barrientos) se verán forzados a ser parte de un reality transmitido por radio en tiempo real, para ganar la fortuna de su padre.
La película, Mentada de Padre, dirigida por Mark Alazraki se sitúa en la década de 1940. El diseño de producción es lo más destacado del filme. El vestuario, la música e incluso la edición de la cinta logran crear la ambientación correcta, con la cual se nota que es una producción de gran presupuesto; pero dicho logro es tirado a la borda con el guión.
Los diálogos de la película desentonan por completo con la época de la misma, ya que los personajes y la interacción que tienen son más parecidos a la era moderna.
Los personajes son un completo estereotipo que funcionan al principio, pero en el transcurso del largometraje se van cayendo a pedazos. Al ser colocados en situaciones poco peculiares, el humor pasa de ser ocurrente e incluso pícaro a convertirse en algo absurdo y exagerado.
No logran mantener un ritmo, por lo que se notan desesperados y se ven obligados a abusar del slapstick (comedia física) para lograr sortear este problema. La falta de ideas para su humor los orilla a enfrascarse en un montón de clichés que lejos de usarlos a su favor, los lleva a cavar su propia tumba.
Incluso el mensaje que trata de dar la película sobre la importancia de la familia, se vuelve contradictorio con el contenido.
Estamos en una época donde el cine nacional intenta resurgir con proyectos innovadores y de gran calidad, no obstante, constantemente nos encontraremos con “piedras” en el camino que nos hacen dudar sobre el futuro de la industria, pero depende de nosotros no perder la esperanza y simplemente olvidar los malos ratos que se sienten como una mentada.
*Colaborador en CinEspacio24 Noticias.
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