El nacimiento de una nación (1915) es una de las películas más racistas, pero como si fuera una cruel ironía es una de las cintas que crearon el lenguaje cinematográfico.
Por Arturo Brum Zarco* En 2018 el director neoyorkino, Spike Lee, estrenó su filme El infiltrado del KKKlan, donde narra la historia de un policía afroamericano de Colorado Springs, que se infiltra, con ayuda de su compañero (un policía blanco), en una organización racista de su comunidad, el Ku Klux Klan. De esa forma, Spike muestra que el racismo ha estado impregnado por muchos años en la comunidad estadounidense, y que actualmente hay organizaciones de dicha índole. Una de las escenas más significativas del filme de Lee, es cuando los miembros de Ku Klux Klan celebran una reunión y lo hacen viendo la película El nacimiento de una Nación. Mientras la ven, hombres y mujeres gritan de alegría, se emocionan y aplauden las escenas. El nacimiento de una Nación es un filme silente de 1915, dirigida por D.W. Griffith, hijo de un coronel sudista que perdió todo en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, que ocurrió entre 1861 y 1865. Dicho conflicto fue una guerra civil entre el gobierno federal, comandando por el entonces presidente Abraham Lincoln, que quería abolir la esclavitud hacia las personas afroamericanas, contra los estados sureños que deseaban impedir tal acto. La cinta se basó en la novela The Clansman del reverendo Tomas Dixon, quien narró con grandilocuencia el supuesto heroísmo y el nacimiento de una organización llamada el Ku Klux Klan, hombres blancos que protegían a la sociedad de la «peligrosa» raza negra. El filme de Griffith se enfoca en la amistad de dos familias, los Cameron, oriundos de Carolina del Sur, y los Stoneman del norte del país; quienes a pesar de su gran cariño tendrán que ser enemigos en la Guerra de Secesión. Sin embargo, al final, cuando el gobierno federal gana y se prohíbe la esclavitud, los Cameron y los Stoneman se unirán y crearán una organización para combatir a su principal enemigo, al afroamericano. En el largometraje Griffith destaca dos personalidades de los afroamericanos: los esclavos, gente leal y de buen corazón; y los que son libres o buscan su libertad, personas incultas, holgazanes, borrachos, asesinos y violadores, Una de las escenas más polémicas de la cinta es cuando al finalizar la guerra el congreso de los Estados Unidos está dominado por personas afroamericanas, quienes se la pasan durmiendo, riendo o emborrachándose. Pero para las familias blancas todo termina bien gracias a los verdaderos patriotas que han creado al Ku Klux Klan, los cuales usan sombreros blancos y puntiagudos, que les cubre toda la cara porque así se asemejan a unos fantasmas y, según la película, es más fácil espantar a los negros. Su argumento es totalmente racista, no obstante, El nacimiento de una nación es una de las cintas que creó las bases de lo que hoy conocemos como lenguaje cinematográfico. Griffith era un director innovador, dejó de utilizar una estética teatral, se arriesgó al utilizar varios planos: planos generales, planos detalles, para crear más dramatismo; uso de manera novedosa el montaje en paralelo y movimientos de cámara. Asimismo jugó con la temporalidad como nadie lo había hecho. En su tiempo fue un éxito en taquilla, pero causó polémica en todo el país, los conservadores la aplaudían, los liberales la querían censurar. Después de su estreno el 8 de febrero de 1915 hubo varios disturbios en varias ciudades de los Estados Unidos, sobre todo agresiones contra la gente negra. Esto es como una cruel ironía, ya que los valores estéticos de El nacimiento de una nación son innegables, que marcó los «pasos» para el cine que hoy conocemos es incuestionable, pero también puede ser un referente, como lo mostró Spike Lee, para la gente más racista de su país y del mundo.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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