Angelo, dirigida por Markus Schleinzer, está ambientada en el siglo XVIII y narra la vida de Angelo, un africano que llega a Europa y primero es sirviente y luego se convierte en una atracción para la alta sociedad vienes.
Por Martín L. González* Se dice que el cine es el familiar más cercano del teatro. Quizá en mayor o menor dimensión, pero en esencia son muy parecidos. Al respecto, hay películas como Angelo que toman lo mejor de ambos mundos y lo colisionan en uno mismo. La cinta, basada en hechos reales, se desarrolla en el siglo XVIII, donde una condesa europea compra un esclavo africano. Lo bautiza y lo llama Angelo (interpretado por tres actores ) y decide educarlo antes de que se convierta en el sirviente de la corte de Viena. Sin embargo, al ser tan diferente del resto de ayudantes y sobresalir por su talento, se convierte en una atracción apreciada entre la alta sociedad y por momento es tratado como un huésped más. No obstante, todo cambia cuando Angelo comienza a relacionarse de manera amorosa con una de las criadas de nombre Magdalena. Dividida en tres actos, la película, dirigida por Markus Schleinzer, nos ofrece una reflexión sobre la identidad y la manera en que esta se encuentra presente durante las tres etapas de nuestra vida: niñez, adultez y vejez. Cada uno de los actos es tan corto o largo como la vida misma. Visualmente tiene un hermoso diseño de producción que parece propio de una obra teatral. El director utiliza este aspecto como la unidad visual para la correcta ambientación del filme, que acompañada de una gran dirección de fotografía logra resaltar la calidad de las imágenes. Desafiante a nivel actoral, la película “obliga” a los actores a desenvolverse de una manera natural y con una gran calidad. Unos de los puntos que más resaltan en el guion son los largos monólogos que refuerzan la idea principal del filme. Acorde a la época en que se desarrolla, es increíble los simbolismos, en su mayoría religiosos, con los que cuenta la película. La historia se presta para crear no sólo un retrato sobre el racismo de la época (y apelar a la corrección política que sin lugar a dudas nos daría un filme sin identidad y más fácil de vender al público), sino que también plantea una propuesta audio visual más inteligentes; y aunque sí abordan el racismo, sólo es la punta de un iceberg de más criticas sociales. La complejidad de los personajes que se complementa con los escenarios produce un desarrollo de la trama excepcional, que se ocupa de marcar la psique y los sentimientos que produce cada una de los protagonistas.
Colaborador en CinEspacio24 Noticias.
Deja un comentario
Sé el primero en comentar en ««Angelo», la vida de un joven africano en Europa en tres actos»