La nueva Dimensión Desconocida (The Twilight Zone, 2019) lleva ya dos capítulos estrenados en la plataforma digital de CBS, bajo la producción de Jordan Peele, el director de los éxitos cinematográficos, Get out (2017) y Us (2019), que lo han encumbrado como el flamante amo del terror y el suspenso, al grado que diversos críticos le han conferido el nombramiento del Alfred Hitchcock del presente siglo (comparación que alguna vez le dieran también a M. Night Shyamalan), sin embargo, en la otra cara de la moneda, Peele ha sido vituperado por diversos sectores de la industria, al considerar que sus dos filmes están sobre-valorados, y que su irrupción en los reflectores es cuestión de equidad de raza.
Por Daniel Flores* Pese a las calificaciones, buenas y malas, CBS lo eligió para revivir el clásico televisivo más grande de todos los tiempos, The Twilight Zone, serie considerada como la más influyente del siglo XX por varios especialistas, sin importar que su tema central fuera la fantasía. Creada por Rod Serling (1924-1975), la Dimensión Desconocida cambió la forma de hacer TV, gracias a sus impactantes guiones y los osados planteamientos técnicos que daban verosimilitud a historias sobre ciencia-ficción, horror y terror, tornándose en el concepto antológico por excelencia. Entre 1959 y 1964, el programa emitió cinco temporadas de rotundo éxito comercial y en crítica. Sin embargo, como suele ocurrir, la cadena CBS y sus voraces directivos trataron de comer el pastel completo e incluir más anuncios, cambiando el formato de Twilight Zone, de menos de media hora de duración a cerca de 60 minutos, lo que aconteció en la cuarta temporada, ocasionando un disgusto de los espectadores y del propio Serling, quien para la quinta y última campaña, retornó a la duración original, aunque ya no se pudo salvar del golpe asestado. Con el tiempo, Dimensión Desconocida sobrevivió a los cambios tecnológicos y narrativos, al grado que hoy en día sigue asombrando a los nuevos aventureros que se adentran a las visiones de Serling y su equipo, en torno a la fantasía. Steven Spielberg, en 1983, encabezó a un grupo de realizadores que estrenaron una cinta basada en capítulos emblemáticos del show, incluyendo It’s a Good Life y Pesadilla a 20 mil pies. Si bien no fue un fracaso en taquilla, la producción sufrió lo indecible para llegar a culminar la película, ya que el actor, Vic Morrow, y dos personas más, fallecieron durante el rodaje, tras la caída de un helicóptero. Luego, en los ochenta, entre 1985 y 1989, The Twilight Zone tuvo un repunte. Al mando del productor Philip DeGuere, se presentó una primera temporada con capítulos de una hora, pero divididos en tres historias distintas, en los que participaron genios de la talla de Atom Egoyan, Peter Medak, Wes Craven, George R.R. Martin y Harlan Ellison, o histriones como Morgan Freeman, Bruce Willis y Helen Mirren. Los años posteriores se retomó el formato de 30 minutos, pero el nivel creativo descendió, lo que llevó a su cancelación. De a 2002 a 2003, la creación de Rod Serling tuvo un tercer regreso, una sola temporada de 43 capítulos, casi todos de 45 minutos, con la aparición de Forest Whitaker como el anfitrión de cada episodio. Lamentablemente, ni la continuación de It’s a Good Life (con varios de los actores originales) ni los remakes salvaron la situación, demostrando que no cualquiera puede competir con la antología primera. Ahora, Peele se enfrentará a semejante reto. Si bien logra convencer como el nuevo anfitrión (a la usanza del propio Serling, quien presentaba y concluía la historia en cuestión), estas dos primeras entregas dejan bastante que desear, ya no en formato de media hora, ni siquiera de menos de 60 minutos (contando pausas comerciales), sino uno que roza la hora (sin comerciales), complicando las tramas y alargándolas de manera innecesaria. El episodio debut, titulado The Comedian, es dirigido por Owen Harris y protagonizado por Kumail Nanjiani, Tracy Morgan y Amara Karan, en torno a un mediocre comediante de club nocturno, Samir Wassan (Nanjiani), quien recibe un consejo de un famoso cómico, J.C. Wheeler (Morgan). Al ponerlo en práctica su rutina mejorará, a cambio, claro, de algunas vidas humanas. Aunque la sinopsis suena atractiva, la ejecución es pobre. Se nota un gran diseño de arte, pero es todo. Sus 55 minutos de duración prolongan esta básica trama, que bien se pudo resolver en 25 minutos, pero debido a las “facilidades” del streaming, se vuelve lento, repetitivo, obvio, haciendo sudar la gota gorda a Kumail, cuyo rol pasa de la cordura a la locura de manera acelerada. Igualmente, si bien Morgan es sumamente reconocido en Estados Unidos como un histrión gracioso, en este capítulo intenta ser misterioso, sin resultados favorables. En el segundo episodio el público descubrirá un tercer remake de Pesadilla a 20 mil pies, que lanzara a la fama al mismísimo Capitán Kirk, William Shatner en 1963. Titulado, Pesadilla a 30 mil pies (qué original), la dirección corre a cargo de Greg Yaitanes y es protagonizado por Adam Scott. Aunque la trama de esta historia, basada en un cuento de Richard Matheson, es por demás conocida, aquí le dan un giro al desenlace, tremendamente decepcionante, en aras de hacer más creíble la anécdota sobre un individuo que está seguro que el avión en el que viaja se accidentará. A partir del 11 de abril, cada jueves se estrenará un nuevo episodio de diez en total. Al paso que va, quizá, Jordan Peele deba volver al cine y olvidarse de ser el nuevo Hitchcock.
*Periodista. Colaborador en CinEspacio24, Director de Cio Noticias, Crítico de Cine, Columnista en el Heraldo de México Toluca
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