La cinta Apóyate en mí no es un drama cualquiera, es una película que muestra que no es necesario recurrir a herramientas narrativas exageradas para mostrarnos e identificarnos con la realidad de la orfandad y el luto.
Por Arturo Brum Zarco* Charley (Charlie Plummer), un joven de 15 años que vive con su padre en una situación casi de pobreza y que fue abandonado por su madre cuando era un bebé, corre por las calles de Portland; así el filme Apóyate en mí (Lean on Pete) anuncia desde el inicio lo que veremos: a un chico que no se detendrá. El filme, dirigido por el inglés Andrew Haigh, y basado en la novela homónima de Willy Vlautin, es el claro ejemplo de un drama que no cae en cursilerías banales, secuencias exageradamente dramáticas o situaciones de crueldad abrumadoras. Al contrario, es una película que mantiene su argumento verosímil, sincero y real. Una cinta que nos lleva por el camino de la orfandad, soledad y desesperación ante la muerte de un ser querido. Un trabajo, con un guion agradable y buen ritmo, que muestra contrastes y metáforas para llevarnos al camino de un joven que está atrapado por las circunstancias que lo llevaron a no tener casa. Cuando Charley estaba, como cualquier otro día, corriendo, un cuidador y corredor de caballos, Del (Steve Buscemi), le pide ayuda para cambiar la llanta de su camioneta. Así, el joven consigue trabajo, ayudándole a Del a limpiar los establos, cuidar a los animales y alimentarlos. Le toma especial cariño a Lean on Pete, un caballo que está un poco mal de su pierna y por tal motivo tiene que irse. Ahí conoce a la yóquey, Bonnie (Chloe Sevigny), quien le dice que no se encariñe con el animal, ya que sólo sirve para correr, y correr es lo que sabe hacer Charley. El conflicto aparece cuando muere el padre de Charley, debido a los golpes que recibió de un tipo desconocido. El joven, en un acto de desesperación, se roba a Lean on Pete y comienza un viaje en busca de la hermana de su padre. En esa travesía se encontrará con diversos personajes que le demostrarán la amabilidad de la gente y la rudeza y el odio de ésta (la cinta es clara en sus contrastes). El trayecto de Charley y el caballo, es por momentos agradable, tormentoso, de desasosiego; la cinta nos hace acompañar a estos dos viajeros y mostrarnos un rudo “espejo” de la soledad: camina por grandes y amplios lugares pero habla y le cuenta sus más íntimos sentimientos a alguien que no le entiende. Los personajes que se encuentra en el camino van hilando un drama auténtico y mostrando las vicisitudes que Charley tiene que pasar: conoce a dos granjeros ex militares, un abuelo y su nieta con sobrepeso, quien se “avienta” un diálogo que bien puede resumir a la película: “no tener a donde ir es como estar atrapado”; y a dos vagabundos con problemas de alcohol. No pierdan de vista al protagonista de la cinta, Charlie Plumer, quien realiza un trabajo destacado, llevándonos con gran facilidad por sentimientos alegres y lúgubres; gran futuro tiene este joven actor. Apóyate en mí no es un drama cualquiera, es una película bien hecha que muestra que no es necesario recurrir a herramientas narrativas exageradas para mostrarnos e identificarnos con la realidad de la orfandad y el luto.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y Oculus Todo el Cine.
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