Para algunas personas el amor es destructivo; es decir, aman, pero no pueden tener una relación sana y “normal”, sino lo contrario, a pesar de encontrar una pareja que tiene todas las características para tener una buena vida amorosa, encuentran la manera de sabotearse y arruinarlo. En eso se enfoca la película Yo soy la felicidad de este mundo, del director mexicano Julián Hernández.
Por Arturo Brum Zarco*
@arturobrum
Julián es un director que ha demostrado su calidad en diferentes festivales internacionales; por ejemplo ha ganado varios premios en la Berlinale. Su cine es intimista, contemplativo, reflexivo y en la mayoría de sus películas aborda el tema de la homosexualidad, pero no lo hace de una forma banal ni estereotipada, demuestra solamente la complejidad de una relación más de pareja.
En su nuevo filme, Yo soy la felicidad de este mundo de nuevo muestra las complicaciones de buscar el amor y ser amado, de la necesidad de tener el poder en una relación y la autodestrucción. La película, a través de su personaje principal, busca esa compañía del otro, pero reniega de un futuro juntos.
Cuenta la historia de Emilio Arenales Osorio (Hugo Catalán) un joven y reconocido director de documentales, que está filmando su nuevo proyecto, un filme sobre la danza. En el transcurso de la filmación conoce a Octavio (Alan Ramírez) un bailarín, callado pero sensible, con quien inicia una relación apasionada y de mucho amor. Pero el “monstruo de la autodestrucción” que carga Emilio hace que su espontáneo romance sufra.
Emilio, quien tiene graves problemas de drogas, decide iniciar otra relación, pero ahora con Jazen (Emilio von Sternerfels) un joven escort, y de nuevo comienza el romance. La película muestra esa sensualidad del principio de una relación, por eso es una cinta erótica, de amor y pasión.
El filme nos enseña la capacidad de Emilio para crear, imaginar y realizar una cinta, pero a la vez su incapacidad para formalizar o estabilizar su vida personal, detrás de ese cineasta y genio reconocido hay una persona lúgubre, desesperada, atrapada en un mundo donde la satisfacción sexual y amorosa es necesario, pero no lo suficiente.
Se estrena ese viernes 26 de mayo. Sencilla pero contundente. Retrata la complejidad del amor. Un trabajo destacado de nuevo de Julián Hernández.
*Periodista. Director de Comunicación de CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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