La posesión de Altair es una película mexicana del género de horror que copia elementos visuales del cine estadounidense de una manera obvia; sin embargo, su narrativa es original.
Por María Trejo López*
En 1974, una pareja recién casada se muda a su nueva casa, donde todo marchaba bien aparentemente. Hasta que misteriosamente desaparecieron sin dejar rastro. La única evidencia que dejaron, tras su repentina desaparición, fueron algunas cintas filmadas en 8 mm con escenas reveladoras donde la intimidad se transforma en horror.
Victor Dryere es el director de esta cinta de horror mexicano, protagonizada por los actores Diana Bovio, Rolando Breme y Guillermo Callahan.
Un elemento importante de las actuaciones fue una dinámica empleada por el director para conectar a los actores con sus personajes: los hizo permanecer en un sótano escuchando los sonidos de una aparente posesión real, iluminados únicamente por una vela; gracias a este ejercicio (un tanto radical), lograron un gran trabajo en el filme.
La posesión de Altair es un buen intento por hacer un género distinto al que nos están acostumbrando las películas mexicanas (ya basta de tantas comedias románticas). Se estrena este viernes 7 de abril en salas mexicanas.
No obstante, la cinta tiene momentos donde se exageran los elementos y pierde su esencia. La fotografía le ayuda a la película dándole un toque de nostalgia y al mismo tiempo suspenso por querer saber qué pasa. También destacó los sonidos, ya que es gracias a ellos que podemos sentir el miedo que se vive dentro de la historia creando una atmosfera de horror con el espectador.
*Periodista, RP y Community Manager. Reportera en CinEspacio24. Conductora del Programa Butaca Digital y Otaku Life de Radio Trece. Fundadora de Shanafilms
Ni una pizga de idea de cine de horror tiene usted, mi estimada periodista y RP.