La película animada Tu nombre (Kimi no na wa) es una cinta bonita, con imágenes y colores hermosos, un argumento que parecería predecible pero no lo es. Una historia sobre el recuerdo, el futuro y, sobre todo, el amor.
Por Arturo Brum Zarco* Tengo que confesar que no soy tan fan de las películas animadas japonesas; me encanta Miyazaki, sin embargo no me considero un fiel seguidor. Aunque con la última cinta de dicho director Se levanta el viento, salí conmovido y contento. Ese es el objetivo al final, ¿no? El cine como generador de emociones. Me sucedió lo mismo con el filme animado Tu nombre (Kimi no na wa) del director Makoto Shinkai, que por cierto, es la película animada más taquillera de la historia, quitándole el lugar a El viaje de Chihiro de Miyazaki. Al leer el argumento de Tu nombre creí que sería una cinta predecible y cursi (es mejor nunca predisponerse ante una película), si bien hay mucho dramatismo no exagera. Es una película de amor bien argumentada y bonita. Al cielo de Japón llegan varias estrellas fugaces. En ese momento dos jóvenes estudiantes de preparatoria las ven. Mitsuha, una niña que sueña con viajar y conocer el mundo, las observa desde su pequeño y tranquilo pueblo, Itomori; Taki, un joven que aún no sabe que quiere de su vida, las mira desde el balcón de su departamento, en la gran ciudad de Tokio. Al día siguiente, cuando despiertan han intercambiado cuerpo, ahora él es ella y viceversa; al dormir vuelven a la normalidad. Pero este cambio sucede continuamente, y da como resultado escenas y secuencias lúdicas. Ellos no entienden qué pasa, pero logran comunicarse por medio de mensajes en sus celulares y comienzan una relación de amistad y complicidad. Mitsuha quiere salir de su pueblo y dejar atrás sus tradiciones. Taki busca algo que le de sentido a su vida en la caótica ciudad. Este tipo de historias son muy conocidas, donde el intercambio del cuerpo sirve como un catalizador para cambiar la forma de ser de la persona; en Tu nombre la razón es más profunda e incluso filosófica. La cinta aborda el poder de la memoria, mientras recordemos a alguien o algo metafóricamente esa persona o cosa continua con nosotros. De esa forma, el filme pelea contra el olvido, aboga por los recuerdos. Una metáfora de la importancia de no olvidar. El largometraje juega con el tiempo. Asimismo, nos muestra la idiosincrasia del joven no sólo japonés sino del mundo, es por eso que Tu nombre llega a identificarse con el espectador de varios países. Nos enseña un amor difícil, quizá inalcanzable, pero puro y sincero. Todo esto con imágenes poderosamente bellas y una música que es un camino sinuoso de sentimientos. Es una película bonita, de amor, recuerdo y olvido ( con eso es una cinta que se quedará en la memoria de muchos). Con Tu nombre salí de nuevo conmovido y contento.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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