El comediante Rowan Atkinson interpreta nuevamente el papel de Johnny English, un agente secreto inglés, despistado, torpe y egocéntrico, que provoca sin querer varios problemas pero al final rescata al mundo.
Por Arturo Brum Zarco* Un hacker se infiltró en los archivos del Servicio de Inteligencia Secreto inglés y publicó los nombres y las fotos de todos los agentes; lo que provocó un escándalo nacional. Ante tal panorama, la Primer Ministra (interpretada por Emma Thompson) exige a sus asesores que resuelvan el problema y atrapen al delincuente cibernético. Sólo hay un pequeñísimo inconveniente, los espías tuvieron que esconderse y no hay nadie en activo para que solucione el problema. Por tal motivo, tienen que buscar a agentes retirados. Entre ellos se encuentra un ex espía excéntrico, vanidoso y despistado, que ahora trabaja como profesor de geografía en una escuela primaria (pero en realidad les enseña a sus alumnos cómo ser un agente secreto), su nombre es Johnny English (papel que realiza Rowan Atkinson), un oficial que en el pasado salvó a su país de varios desastres; siempre con la fortuna de su lado. De nuevo Inglaterra lo necesita y English se tomará las cosas muy en serio, como siempre, y se compromete a atrapar al villano, pero antes exige que le pongan a su cargo a su fiel compañero Bough (Ben Miller), quien ha estado con él en los casos que ha resuelto. Esta pareja de agentes entrarán de nuevo al mundo del espionaje para salvar a su país; sin embargo, English va encontrar que todo ha cambiado, lo digital ahora domina al Servicio Secreto, y a él le cuesta trabajo adaptarse a ese nuevo mundo tecnológico; añora sus artefactos del pasado como plumas explosivas, hisopos bombas, relojes con cable para ahorcar, etcétera. Por ejemplo, cuando le dan a escoger el automóvil que va a usar para la misión, sólo le ofrecen carros híbridos, pero Johnny decide utilizar un vehículo viejo que gasta mucha gasolina. Esa es la premisa de la cinta Johnny English 3.0, la tercera entrega del agente secreto que interpreta el actor Atkinson; una película que como sus antecesoras juega con el humor simplista, físico y absurdo. Una comedia que no se sale de los parámetros establecidos: secuencias cómicas ridículas que la hacen entretenida y agradable; seguro en algunas escenas te vas a reír. En esta caso, la cinta, dirigida por David Kerr, aboga por la nostalgia de lo análogo, ya que el personaje principal no entiende porque en lugar de un teléfono que lance dardos le dan un teléfono inteligente con todas las redes sociales posibles. La película hace muchos chistes al respecto, sobre lo «viejo» contra lo nuevo. English va a cumplir su misión como lo hiciera “la vieja escuela”. Asimismo, el filme es una parodia de las películas de agentes secretos, que mantiene la fórmula que les ha funcionado a este tipo de obras: el héroe siempre despistado, con un ego y confianza desmedida y que cuenta con un compañero – patiño que es quien en realidad soluciona las cosas; además, el protagonista antes de resolver el caso ocasiona sin querer un sin fin de problemas lúdicos. Como ejemplo de este tipo de películas de detectives cómicos están las que realizó Peter Sellers en los años 60 sobre La pantera Rosa; los trabajos que hizo Leslie Nielsen cuando interpretaba a un policía; o la versión de La pantera Rosa de Steven Martin que salió la década pasada. Cintas que utilizan un humor absurdo, simplista, físico y efectivo. Los largometrajes de Johnny English entran en esa categoría y Rowan Atkinson está a la altura de dichos comediantes; quizá el que más destaca es Sellers. Johnny English 3.0 es un parodia sobre agentes secretos que no se sale de las clásicas herramientas narrativas de su género; no obstante, el uso de la nostalgia como eje para contar los chistes le da un toque fresco a la cinta.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y Oculus Todo el Cine.
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