Bacurau, dirigida por Juliano Dornelles y Kleber Mendonça Filho, es una película brasileña que nos narra la vida de un pequeño pueblo olvidado por las autoridades, el cual es atacado por un grupo de estadounidenses que caza gente.
Por Arturo Brum Zarco*
Bacurau es una película brasileña que inicia afirmando que lo que va narrar sucede “en un futuro muy cercano”, pero en realidad su metáfora está más presente que nunca, sobre todo en estos tiempos de incertidumbre donde gobierna la incongruente derecha radical del presidente Bolsonaro.
El filme es un western moderno sobre Bacurau (un lugar ficticio), un pueblo pequeño olvidado por las autoridades, donde sus habitantes han creado una comunidad hermética en la que conviven en paz maestros, niños, delincuentes, prostitutas, doctoras, una sociedad que se protege y se quiere entre ellos.
Dicho poblado tiene las calles sin pavimentar, una avenida que une a todas las casas y es un sitio árido que parecer desolador; no obstante, las personas que viven ahí se divierten y disfrutan de sus costumbres y tradiciones y están atentos de lo que sucede en su país. Su aislamiento se debe a las atroces cosas que ocurren fuera de sus límites, en las grandes ciudades la corrupción y la injusticia impera, debido a los gobernantes que explotan a su nación. Esta corrupción se ve en la figura de un alcalde que visita al pueblo sólo cuando es tiempo de elecciones, un tipo que llega con una soberbia desagradable y regala libros y despensa como si alimentara a unos animales.
El conflicto de la cinta bien puede ser la sola figura y la actitud del pueblo de Bacurau, pero los directores Juliano Dornelles y Kleber Mendonça Filho encuentran una forma ingeniosa de contar su metáfora, al utilizar una especie de realismo mágico para abordar cómo a los gobernantes no les importa estos sitios que viven marginados.
A Bacurau llega, sin que nadie de los que residen ahí se entere, un grupo de estadounidenses que se dedican, por diversión, a cazar gente. Estos extranjeros empiezan a matar, de una forma sangrienta, poco a poco a los personas que viven ahí. Así, sin ayuda de ninguna autoridad policial, los valientes habitantes del lugar tendrán que defenderse del inhumano ataque que están sufriendo.
De esa forma la película hace una crítica de cómo las sociedades marginales son corrompidas por el país hegemónico (en este caso Estados Unidos sobre Brasil); y ante ello hay personas dispuestas a defender su tierra, sus creencias y su identidad, sin impórtales la sangre que tenga que correr. En ese sentido, el filme hace un homenaje a los que han luchado por defender su soberanía.
A partir de un montaje que por momentos parece contemplativo para después ser más ágil y con tintes de cine gore, y una ambientación digna del western más cruel y enigmático, la cinta hace una alegoría de la brutalidad avivada por un gobierno intolerante que no permite que el libre pensamiento aflore.
Ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes en 2019, Bacurau es un detallado estudio de los pueblos brasileños y de cómo los líderes radicales (de izquierda o derecha) no los contemplan en el mapa.
Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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